lunes, 6 de febrero de 2017
- 14:55
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Según el modelo
del Nuevo Testamento, también tenemos reuniones en las que es presentado el
ministerio neotestamentario. Durante tales reuniones algunos miembros dotados
predican el evangelio, enseñan la verdad, edifican y entrenan a los santos,
exponen una verdad específica de las Escrituras, o conducen un estudio de una
porción de la Biblia. Las reuniones en las que Pedro predicaba (Hch. 2:14;
3:12; 10:34) y en las que Pablo ensañaba (Hch. 19:9-10; 20:7; 28:30-31) son
ejemplos de esta clase de reunión. La principal carga de las reuniones de
ministerio la sobrellevan aquellos cuyo don es funcionar así, pero con
frecuencia los santos que asisten a dicha reunión también comparten; de este
modo, aun en este tipo de reuniones podemos hablar en mutualidad. En las
reuniones de ministerio se lleva a cabo cierta medida de perfeccionamiento que
no se lograría en ninguna otra reunión de los santos.
La vida cristiana
es una vida corporativa, y gran parte de esta característica se expresa en
nuestras reuniones. De la manera que nos exhortan las Escrituras, no debemos
dejar de congregarnos, como suelen hacerlo algunos, y mucho más cuando vemos
que el día del regreso del Señor se avecina (He. 10:24-25).
- 14:54
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También nos
reunimos como iglesia para orar corporativamente. En el Nuevo Testamento hay
muchos casos en los que los santos se reúnen a orar (Hch. 2:42; 4:23-31; 12:5).
La iglesia se reúne por lo menos una vez por semana para orar por el mover de
la economía de Dios sobre la tierra, para atar las actividades del enemigo de
Dios, y por las necesidades de la iglesia local. En esta reunión todos los
santos ejercen su función uno por uno, haciendo oraciones breves y con el
espíritu liberado para aliviar la carga que tienen por el mover del Señor a
través de la iglesia.
Algunas veces en
iglesias numerosas, las reuniones de la iglesia se llevan a cabo en grupos de
distrito de unos cincuenta santos, a fin de que haya más oportunidad de que los
santos manifiesten su función. La reunión de la mesa del Señor, la reunión para
profetizar y la reunión de oración a veces se realizan en distritos.
- 14:52
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otro tipo de reunión
El apóstol Pablo
también habla de otro tipo de reunión en la Primera Epístola a los Corintios:
“¿Qué hay, pues, hermanos? Cuando os reunís, cada uno de vosotros tiene salmo,
tiene enseñanza, tiene revelación, tiene lengua, tiene interpretación. Hágase
todo para edificación” (14:26). Esta es una reunión en la cual todos los
hermanos y las hermanas pueden ejercer su función de hablar, para edificar el
Cuerpo de Cristo. Esto es lo que Pablo llama profetizar; no es predecir sino
proclamar, hablar por Dios y proclamar a Cristo partiendo de la Palabra de
Dios, para la edificación de los creyentes y de la iglesia (1 Co. 14:3-4). La
reunión donde todos los santos profetizan les proporciona a los hermanos y
hermanas la enseñanza, la revelación, la consolación y la exhortación que ellos
necesitan como iglesia en su respectiva localidad, y estas cosas no las
ministran unos cuantos miembros dotados, sino todos los miembros en mutualidad
(1 Co. 14:1, 31).
- 14:51
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Las reuniones de la iglesia
La iglesia, como
columna y base de la verdad (1 Ti. 3:15), se reúne para expresar al Señor
corporativamente en la localidad. Las reuniones de la iglesia llevan a cabo una
función especial que ninguna otra reunión de los creyentes puede. La reunión
más importante de la iglesia es la reunión donde celebramos la mesa del Señor,
o la reunión del partimiento del pan (1 Co. 10:14-22; 11:17-34). En esta reunión
nosotros los creyentes nos congregamos para participar de la comunión de la
sangre y del cuerpo de nuestro Señor con miras a nuestro disfrute (1 Co.
10:16-17) y para recordar al Señor con miras a que El disfrute (1Co. 11:24-25).
El pan del cual participamos simboliza no solamente el cuerpo físico de nuestro
Señor, el cual fue quebrantado por nosotros en la cruz, sino también Su Cuerpo
místico, del cual nosotros somos los muchos miembros. Al participar de la mesa
del Señor, “discernimos el cuerpo” como nos exhorta el apóstol Pablo (1 Co.
11:29); es decir, nos examinamos con respecto al Cuerpo del Señor,
preguntándonos si somos divisivos de manera individualista o si nuestra reunión
es una reunión de división. Aquí nuestra posición como iglesia, en la cual se
expresa la unidad del Cuerpo de Cristo, se hace manifiesta. Abiertamente
nosotros, al congregarnos en la mesa del Señor, tomamos parte en esta unidad,
participamos de esta unidad, y la exhibimos.
- 14:49
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Reuniones para perfeccionamiento
Deseamos que todos
los creyentes sean ayudados en cuanto a realizar su función para la edificación
del Cuerpo de Cristo. Por esto se necesita el perfeccionamiento de los santos,
según se menciona en Efesios 4:12. Hemos descubierto que la mejor manera de
perfeccionar a los santos es darles muchas oportunidades de funcionar; así que,
tenemos reuniones con este único propósito. Estas reuniones de
perfeccionamiento también se celebran en las casas de los santos y constan de
diez o quince hermanos y hermanas. Estas reuniones son caracterizadas por la
mucha mutualidad que hay en la enseñanza, las preguntas, las respuestas, el
pastoreo, la intercesión y el cuidado. Todos los santos pueden recibir ayuda
práctica, y todos los santos pueden ejercer su función para ministrar a otros a
fin de edificar el Cuerpo de Cristo. Durante estas reuniones, todos aprendemos
el uno del otro a funcionar adecuadamente en la iglesia. En la comunión íntima
de estas reuniones, podemos ser corregidos por los demás en amor para poder ser
perfeccionados en nuestra función. Como se enseña en Hebreos 10:24-25, nos
estimulamos y nos exhortamos en estas reuniones.
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