lunes, 6 de febrero de 2017
- 14:44
- Unknown
- No comments
Lo que Cristo hizo
Nuestro evangelio incluye lo que Cristo hace en
esta era, cuando regrese, y en la eternidad. En la era actual, Cristo trae
arrepentimiento y perdón de pecados para salvar a los pecadores (Hch. 5:31;
16:31). El salva a los pecadores a fin de hacer de ellos Sus miembros para la
edificación de Su iglesia (Mt. 16:18), la cual es Su Cuerpo (Ef. 1:22b-23). Al
edificar la iglesia en esta era, El establece el reino de Dios en la tierra
(Mt. 16:18-19; 6:10). Además, El es el Mediador del nuevo pacto (He. 8:6), el
cual estableció mediante Su muerte (Mt. 26:28), y es Ministro del verdadero
tabernáculo; es Aquel que da a los creyentes la vida y suministro celestiales de
las riquezas divinas (He. 8:1-2). El es el Sumo Sacerdote de los creyentes (He.
4:14), el cual intercede por ellos delante de Dios para que sean salvos por
completo (He. 7:24-26). En El los creyentes tienen un Abogado delante del justo
Dios; El defiende nuestra causa y se ofrece como nuestra propiciación (1 Jn.
2:1-2), como la ofrenda que satisface a Dios por nosotros. Cuando Cristo
regrese, transfigurará el cuerpo de nuestra humillación (Fil. 3:20-21),
redimiendo así nuestros cuerpos para que podamos disfrutar de la plena
filiación (Ro. 8:23). Cuando El regrese, restaurará todas las cosas de la
creación, que fue sometida a la esclavitud de corrupción (Ro. 8:20-23) por
causa de la rebelión de Satanás y la caída del hombre. El traerá el reino de
Dios a esta tierra, y el reino de este mundo vendrá a ser el reino de nuestro
Dios y de Su Cristo (Ap. 11:15; 12:10). En la eternidad Cristo es el Cordero
que está en el trono con Dios (Ap. 22:1). El es el Marido del pueblo redimido
de Dios (Ap. 21:9, 2). En la Nueva Jerusalén, la consumación de la obra de Dios
por todas las edades, Dios y el Cordero son el templo en el cual los redimidos
sirven a Dios (Ap. 21:22), y el Cordero es la lámpara de la ciudad (Ap. 21:23).
En dicha ciudad eterna, Cristo es el árbol de la vida, y se suministra como
vida a toda la ciudad y trae sanidad a las naciones para siempre (Ap. 22:1-2;
cfr. Jn. 15:1).
Quienquiera que se arrepienta y crea en este
evangelio recibirá la redención que Cristo efectuó y la salvación que les ha
preparado. La salvación de ellos consiste en ser perdonados sus pecados, ser
justificados por Dios, ser reconciliados con Dios, y ser regenerados y salvos
mediante Su Espíritu. En esto consisten las buenas nuevas (Ro. 10:15).
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.