lunes, 6 de febrero de 2017
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El Tercero de la
Trinidad es el Espíritu. Ya que el Padre es la fuente de la Trinidad Divina, el
Espíritu es la consumación de la Trinidad Divina. Todo lo que el Padre tiene y
es, está incorporado en el Hijo; y todo lo que el Hijo es, es hecho real como
el Espíritu. Por esta razón, a El se le llama el Espíritu de realidad (Jn.
15:26; 16:13; 1 Jn. 5:6). La realidad de Cristo y del Dios Triuno, es el
Espíritu Santo. El Espíritu Santo llevó a cabo la encarnación de Cristo (Lc.
1:35; Mt. 1:18, 20). Ya que El nos trae la humanidad, el vivir humano y la
muerte de Jesús, se le llama el Espíritu de Jesús (Hch. 16:7); y puesto que
hace real para nosotros la divinidad y la resurrección de Cristo, se le llama
el Espíritu de Cristo (Ro. 8:9). También se le llama el Espíritu de Jesucristo,
lo cual indica que El es la fuente del suministro abundante para los creyentes
(Fil. 1:19). El Espíritu de Jesucristo está mezclado con Su humanidad y muerte
y con Su divinidad y resurrección. Este Espíritu es el Espíritu de la vida y el
Espíritu que mora en nosotros (Ro. 8:2, 11). Como el Señor Espíritu, El nos
transforma renovándonos (2 Co. 3:18; Tit. 3:5). El Espíritu todo-inclusivo es
nuestra unción santa (2 Co. 1:21; 1 Jn. 2:20, 27), según es tipificado por el
ungüento compuesto de Exodo 30:23-31. Como tal, El llega a ser el sello y las
arras para nosotros (Ef. 1:13-14). Diariamente el Espíritu como nuestro
Paracleto nos consuela (Jn. 14:16-17), suministrándonos todo lo necesario para
nuestro andar cristiano, e intercede por nosotros (Ro. 8:4, 26). Tal Espíritu
fue infundido como aliento en nosotros para ser nuestra vida en esencia (Jn.
20:22) y fue derramado sobre nosotros como nuestra vida económicamente (Hch.
2:1-4, 17). En la era de la degradación, este maravilloso Espíritu es siete
veces intensificado y es los siete Espíritus de Dios (Ap. 1:4; 4:5; 5:6). Con
el tiempo, este Espíritu intensificado, como la consumación del Dios Triuno,
llega a ser uno con la iglesia redimida, regenerada, renovada, transformada y
glorificada, la cual es Su novia, para la manifestación y expresión del Dios
Triuno en la eternidad (Ap. 22:17).
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